Esta suerte de acontecimientos en lo personal no me han permitido seguir el día a día con la celeridad que hubiera deseado y también, porque no decirlo, porque estoy un poco decepcionado con el devenir de los acontecimientos, pues pensaba que algo habría de cambiar para que todos, absolutamente todos tuviéramos una pizca de alegría, pero la realidad nos ha chafado este pequeño respiro.
Los últimos acontecimientos como todo el mundo sabe, pues han sido sobradamente comentados en prensa, radio, televisión y redes sociales han sido los congresos de Podemos y las primarias del PSOE, además de la caída de destacados dirigentes políticos del partido Popular, que por ser quiénes son y conocer sus artes poco ortodoxas a la hora de hacer política procuraré obviarlo, pues tendría que emplear epítetos nada agradables.
Haciendo un análisis de partido a partido nos damos cuenta, empezando por el Partido Popular, que los militantes del mismo, aunque ellos mismos crean o nos hagan creer que son buena gente, democráticos, incapaces de saltarse la ley, etc., debemos advertirles que de ser así ya habrían abandonado el partido y habrían denunciado a sus dirigentes y sus maniobras, porque una cosa es tener la ideología que se quiera y otra ser cómplices con su silencio o mirando hacia otro lado.
Ciudadanos, partido catalán, nacido, según se dice por estos lares, para hacer sombra al catalanismo y perpetuar, entiéndase como se quiera, la opresión cultural de este pueblo al dar el salto a la política nacional no ha hecho otra cosa que contradecirse constantemente y servir de muleta al Partido Popular, pues siempre encuentran una disculpa para seguir manteniendo este o aquel dirigente popular o socialista, que tanto monta, en la absurda creencia que así cuentan más de lo que las urnas dijeron en su día, pero parece que los grandes, los que realmente gobiernan este mundo, quieren promocionar a Ciudadanos y como consecuencia de ello Albert Rivera ha sido invitado a la reunión anual del Club Bilderberg. Lo que pase después ya se verá, pero según un presidente de gobierno catalán, aunque los padrinos (Bilderberg, Ibex35, Oligarquias, etc.)pueden sugerir a Rivera que dé un paso al costado.
Hablar de Izquierda Unida es hablar de un enfermo terminal, que hace tiempo lleva en la U.V.I, entre otras cosas porque debe una cantidad de dinero exagerada para ser un partido de clase, aunque yo no me lo creo, que es un partido de clase, a pesar de que entre sus militantes haya gente honrada que creen en las promesas de sus dirigentes, ya que Alberto Garzón, en el que todos confiábamos, al unirse con Podemos en Unidos Podemos, demostró que no estaba en condiciones de hacer valer su verdadera posición dentro de la coalición, pues Unidad Popular cedía un millón y medio de votos a Unidos Podemos, que no se materializaron por unas u otras razones que los militantes, algunos, criticaron, pues en esa maniobra la marca Izquierda Unida queda difuminada dentro de podemos con un protagonismo muy precario. Ya sé que me dirán que en política no se está por el protagonismo, pero eso solo son palabras, la realidad es otra muy distinta y cuando hablamos de un partido político mucho más.
Podemos sigue en su afán de conquistar el centro izquierda, la socialdemocracia, aunque sus militantes en las redes sociales se desmelenen diciendo que son la autentica izquierda, mientras sus dirigentes miran hacia otro lado cuando se les habla de marxismo y no voy a poner lo que repetidamente ha dicho Pablo Iglesias o Echenique. El espectáculo más bochornoso fueron los preliminares de Vistaalegre II, donde medio partido asesinó a otro medio, diciendo que eso era democracia, que seguro que lo era, pero las formas no eran las más adecuadas de cara a todo un pueblo que ilusionadamente miraba hacia el nuevo partido, tampoco quedó claro los ataques en las redes sociales a Errejón una vez terminado su congreso. Las consecuencias son que Bescansa no está, Errejón arrinconado y Pablo Iglesias convertido en el macho alfa que siempre se creyó ser.
No vale la pena hablar del PSOE y habrá que esperar a su congreso para ver si abandona la derecha para instalarse en el centro derecha, porque con Sánchez o sin Sánchez el PSOE no volverá a ser un partido de izquierdas, ¡ojala me equivoque!
Aquí termino esta primera parte del análisis de la desesperanza y veremos qué es lo que nos trae y descubre la moción de censura, mientras tanto sería conveniente ser consecuente con lo que se dice y actuar como todos esperamos de estos nuevos partidos, pero parece que actúan según dice la biblia: Haced lo que os digan, pero no hagáis lo que ellos hacen.