Hay muchos votantes de izquierda en España, tantos, que han ganado las elecciones.
No negaremos que también hay muchos votantes de derechas.
Amigos, familiares… unos votan a izquierdas, otros votan a la derechas.
La mayoría de los que votan a derecha lo hacen manipulados por
sus campañas psicológicas de engaño masivo a gente de bajo nivel de conciencia.
La derecha siempre ha sabido valerse del miedo, el racismo, la xenofobia… para arañar más votos. El amo de las derechas es dos animales a la vez, porque es Gato, y araña.
Son expertos en el bombardeo de verdades mezcladas con mentiras, en la manipulación para lobotomizar mentes débiles, mentes que una vez atrapadas en sus telas de araña propagandísticas ya no volverán a razonar por si mismas, sino que les dictarán lo que han de pensar, a quien odiar, que rechazar y que aceptar.
Las derechas tienen a su lado a la Jerarquía Eclesiástica y sus equipos expertos en psicología que les orientarán en el arte del adoctrinamiento, la tergiversación, la manipulación y el engaño, en el nombre del Señor.
Podemos decir que los votantes de izquierdas y los de derechas se llevan bien, se toleran al menos, pueden convivir, porque está siendo así… pero hay otra realidad aparte de esta.
La otra realidad es que el asco entre los de izquierdas y los de derechas,
se palpa en el ambiente.
Se palpa en la TV, en los Medios. Se palpa en la política, se palpa en las redes, se palpa en la vida. Se palpa entre conocidos, entre desconocidos, entre compañeros de trabajo, entre amigos, se palpa incluso entre las familias.
Muchas familias discuten, riñen, se agreden, algunas hasta rompen la relación.
Las derechas destilan odio hacia la izquierda del PSOE, un odio que incrementan por mil cuando hablan de Pablo Iglesias «el coletas» cuando hablan de UnidasPodemos, de PODEMOS & Izquierda Unida, y cuando hablan de sus votantes.
No solo generan odio, inyectan miedo en la población, manipulación, engaños, mala vibración… pudriendo la psique de sus votantes ¿hasta que punto? en algunos casos hasta el punto de dinamitar a las familias.
La gente de izquierdas se da cuenta de las trampas de la derecha, de sus embustes, de sus engaños, de todo el mal que hacen y son capaces de hacer cuando gobiernan, de como nos conducen a la ruina mientras sus campañas de hipnosis colectiva hacen creer a sus votantes de que la ruina la trae la izquierda.
La gente de izquierdas se percata de que en la derecha reina la escasa ayuda a los menos favorecidos y de su excesiva ayuda a quienes les sobra.
De como sus trampas psicológicas hacen que quienes les votan, vean
a los menos favorecidos como holgazanes, y no como victimas de unas políticas neoliberales destructivas para la sociedad.
La gente de izquierdas sabe que sino lucha y se moviliza, las derechas van a destruir primero el Estado de Bienestar y después el país. Dejando las arcas públicas a cero patatero. Sin pensiones y sin nada.
Pero los votantes de derechas no pueden verlo, han sido cegados con la telaraña de la manipulación, han trasladado sus neuronas a la dimensión giratoria, al mundo del revés ideado por el Imperio USA Sionista, y creen que es la izquierda quien conduce a esa ruina total.
¿Que hacemos entonces? Porque empiezo a estar harto de ver como la derecha miente en los Medios descaradamente, como manipula en las entrevistas, como tergiversa en los programas, como sus votantes repiten sin cesar por donde pisan las consignas que van insertando en su programación neuronal.
Como creen de manera ilusa que tienen ideas propias, cuando sólo cacarean
lo que los nuevos dueños de sus cerebros deciden que han de repetir a cada ocasión. Empiezo a estar harto de tantos batallones financiados de trolls en las redes, y tanto adoctrinado aplaudiendo con las orejas camino del matadero.
¿Qué hacemos? Dividimos España en dos, y arreglado.
Medio país para la derecha, y medio país para la izquierda.
En una mitad se juntan todos los de derechas, con el Rey, y la mitad del ejército.
También con las fuerzas de seguridad que votan a derechas.
Con Vox, PP, C´s, Aznar… y con Felipe Gonzalez que ya nada tiene que ver con la izquierda.
Que se queden sus puros también.
Que se queden la parte donde está el Valle… toda suya, como si montan allí una piscina, o un circo. Todos los grupos nazis, de fascistoides pelaos, sus monos y la cabra, junto a los de traje caro y corbata, todos cantarán juntos cara al sol, o refugiados en la sombra.
En la otra mitad de España todos los de izquierdas, sin Rey, en una república, con la otra mitad del ejército. Con policías de izquierdas y políticas de izquierdas. En principio con Cataluña, les damos un tiempo para que vean a ver si esta nueva España les parece mejor, más justa, y sobretodo algo que anhelan, sin fascismo. Luego decidirán.
Ya no dirán que nadie quiere romper España, solo que ahora habrá dos.
Ellos se quedan la suya, la Franquista, la que disfruta subvencionando con dinero público a una élite de la Iglesia Católica que tiene más dinero de lo que nadie alcanza a imaginar.
La que gasta en la monarquía y todo lo que rodea a esta. En el maltrato a los toros en las plazas. En una manipulación mediática atroz.
La que recorta en Sanidad, en educación, la que termina por privatizar todo si le dejan. Como en esa mitad todos son ya de derechas, les dejarán privatizar sin cesar…
pasar viviendas públicas a fondos buitres, recortes imparables, privatizaciones imparables, neoliberalismo imparable… grandes subvenciones y bajadas de impuestos para los más ricos, subidas de impuestos para los de clase media y más abandono al pobre.
Solo queda esperar… esperar un tiempo.
Las élites Fascistas empezarán a devorar con ansias, hasta que no quede nada. La España de la derecha comenzará a agonizar, las capas de manipulación que nublaron sus conciencias cegando su visión caerán, entonces el pueblo adoctrinado despertará.
Tratarán de huir de las aves carroñeras pero será tarde, no podrán evitarlo, se habrán convertido en sus presas.
Sin escapatoria, sin salida.
Esta mitad de España se autodestruirá por si sola. Será un caos.
Correrán desesperados buscando refugio, buscando derechos,buscando un gobierno decente, digno, que cuide de ellos, que piense en ellos, que los tenga en cuenta. No lo encontrarán jamás.
Caerán al suelo, exautos, envueltos en sus banderas, abatidos, mordisqueados por enormes buitres… la última imagen en sus retinas será una pulsera de colores en sus muñecas que no pudo salvarles de lo que eligieron.
Cuando no quede nadie abajo, los de arriba empezarán a comerse entre ellos.
La Era del canibalismo habrá llegado para ellos. Será el fin, el fin de una crónica vampírica.
En cambio, la España de la izquierda crecerá, mejorará las condiciones de sus ciudadanos, de sus trabajadores, de su Sanidad Publica, educación… de todos sus servicios públicos.
El poder del pueblo retornará al pueblo, y los políticos trabajaran por el bien común. Esta mitad si será verdadera, digna, no un espejismo, no un engaño como la otra.
Viajaremos a la otra mitad, de excursión, para descubrir que ya no queda nadie.
El Apocalipsis del fascismo terminó incluso con ellos mismos.
Solo habrá vida en los ríos, en los bosques, en el mar, en un cielo limpio, sin geoingeniería.
Repoblaremos esa otra mitad de nuevo. La España al completo, la del amor, la de la paz, la de la justicia.
La España verdadera, una España grande, y libre de fascismo.