Impedir el aborto es un crimen, matan el derecho de la mujer

En cualquier país avanzado, las leyes han de proteger el derecho de las mujeres para Interrumpir Voluntariamente un Embarazo no deseado. Si la mujer solicita esta ayuda, este servicio, debe recibirlo.

La Interrupción Voluntaria del Embarazo es una practica que ha de ofrecerse de manera libre, universal, segura, gratuita, y en las mejores condiciones sanitarias, con un tiempo prudencial. Conforme avanza la ciencia médica debemos buscar mayor sencillez y seguridad en esta práctica.

En el campo psicológico podemos avanzar mucho más, para no maltratar nunca a la mujer que tome esa difícil decisión, ni permitir que nadie haga esto. No podemos tolerar el maltrato a la mujer que decida esto.

Es algo muy serio, nadie aborta o toma la decisión de interrumpir un embarazo como si fuese un anticonceptivo más o como si tomase caramelos, como pretenden hacernos pensar grupos de extremistas ultracatólicos.

La chica que pasa por esa experiencia intenta que no se repita, lo más lógico es que haya sido orientada hacia la toma de anticonceptivos para no volver a tener que tomar una decisión tan difícil. Lo demás son patrañas, o casos aislados que se pretenden generalizar y exagerar para provocar pánico y rechazo en la población hacia la ley que permite realizar este tipo de intervenciones.

Es la mujer quien debe decidir. En caso de tener pareja estable o marido, este puede dialogar con ella optando a dos opciones, una es apoyarla en su decisión porque le parezca la mejor opción en ese momento, o coincide en la decisión. Perfecto.

Otra es manifestar a la mujer el deseo de que quiera que el embarazo siga adelante. También perfecto, pero siempre ha de ser la mujer la que decida que es lo que quiere hacer. Si la decisión no agrada al hombre será lamentable para él, que tendrá que esperar mas adelante, otra ocasión, o podrá abandonar la relación si no le interesa esta persona, o no le gusta como decide, y buscar otra pareja. Que haga lo que considere, pero nunca jamás debe pesar o premiar el deseo del hombre por encima de este derecho de la mujer. Algo que pretenden las mentes más cromañónicas en su afán por impedir que la mujer ejerza su derecho a decidir.

De todos modos, cuando son marido y mujer no se suele interrumpir un embarazo, en la mayoría de casos se permite avanzar hasta el nacimiento del niño, o niña. No hay porque alarmarse, el mundo no se va a acabar ni mucho menos la humanidad por esto. Ni siquiera porque exista el amor entre hombres, o entre mujeres. Los gays no vienen a destruir a las familias, los gays son parte de las familias. La homofobia,  el odio hacia los homosexuales, destruye el amor y a la propia naturaleza que se expresa en los seres humanos de maneras diversas. Todos tenemos cabida en el mundo.

Resulta aberrante que La Iglesia trate de ese modo tan ruin a quienes también son hijos del mismo Dios. Tampoco porque los curas no se casen y tengan descendencia, se va a terminar el mundo, o vienen a destruir familias ¿verdad? pues que dejen de jugar con el miedo, la ignorancia y la manipulación, se supone que son intermediarios entre Dios y el hombre, no entre el hombre y Satanás, que juega sucio. Si ellos insisten en los juegos sucios, en el engaño y la manipulación de masas, no es Dios quien se encuentra detrás, esto debe quedar claro.

Siempre habrá parejas que decidan tener hijos, siempre. Y la que decida no tenerlo ahora, posiblemente lo tenga más adelante. Y la que no quiera tenerlos nunca, casos mínimos en comparación a los que si tienen, ha de ser respetada en su libre albedrío.

Basta de inyectar miedo, manipulación y desinformación en mentes con bajo nivel de conciencia.

Si una mujer decide la interrupción del embarazo, una vez escuchada su decisión y preguntada si está segura de ella, sin atosigarla ni presionarla más de la cuenta, ha de ser deber de los sanitarios acelerar los trámites para que se efectúe cuanto antes. No debemos retrasarlo y mucho menos adrede, para ver si cambia de opinión, o para que se fastidie y le resulte más traumático y doloroso si se realiza con el embarazo más avanzado. Los análisis y todo lo necesario han de realizarse con carácter urgente una vez veamos que la paciente tiene clara esa decisión.

Se le ha llamado Ley del IVE; Ley de Interrupción voluntaria del embarazo. Ya que eso es lo que hace una mujer cuando decide abortar. Interrumpir, no asesinar.

Son los Neandertales que anclaron sus mentes en las cavernas, los que más se oponen a los avances de la humanidad, sobretodo en derechos de las mujeres.

Me parece muy adecuado llamarlo Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y no Ley del aborto, por ejemplo, ya que el termino «aborto» arrastra desde el pasado connotaciones negativas, habiendo sido tratado por siglos como «aborto criminal», algo claramente peyorativo. Existiendo abortos accidentales que si son más traumáticos porque en esos casos se deseaban y no fueron voluntarios.

Toda negatividad debe apartarse para que la mujer no sea criminalizada y si amparada, protegida, amada y respetada, si alguna vez decide tomar esa decisión. No tiene porque soportar tanto odio, tanto desprecio, tanto interés de gente malvada que se viste de santa, en hacerle pasar el peor trago de su vida, eterno a ser posible.

El Estado ha de hablar seriamente con La Iglesia, y no sólo pedirle, sino también exigirle que deje de meter sus narices en este asunto, en los avances de la ciencia, y en la evolución de la humanidad. No tenemos porque alarmarnos al leer esto si somos católicos, ni cerrar los ojos ante esta realidad.
La Iglesia hizo y hace mucho daño a las mujeres que deciden Interrumpir un Embarazo por el motivo que ellas consideren oportuno.

Realizan campañas en contra de esto, y consiguen que masas de personas odien a las mujeres que desean ejercer este derecho.

La Iglesia y los partidos políticos que suelen ir de la mano de esta, actúan en colaboración para que sus seguidores se involucren en manifestaciones y campañas por todo el mundo atacando ese derecho de la mujer. En algunos países consiguen eliminarlo, convirtiéndolo en delito penal.

Hay quienes brindan con agua bendita mientras miles o millones de mujeres siguen el calvario de tener que parir obligadas, o abortar en clandestinidad, arriesgando su salud e incluso sus vidas. La Iglesia, que en teoría debe promover el amor, promueve el odio, y las masas se llenan de ira, a algunos hasta les cae la baba, pareciendo haber sido inyectados, contaminados, con el veneno de la rabia. No tienen reparos a la hora de utilizar la manipulación, mostrando carteles de fetos muy desarrollados, o bebés sangrando en abortos de última hora. Hacer esto si es criminal y diabólico, y lo hacen ellos.

Cuando la Interrupción Voluntaria de un Embarazo se da con un tiempo prudencial impidiendo que ocurran semejantes cosas. Si hacemos perder el tiempo a la mujer que toma esa decisión, intentando convencerla, realizando pruebas con lentitud, etc el daño se podría incrementar, pero si todo se hace desde el principio bien hecho, con carácter urgente, como merece, y en las mejores condiciones sanitarias, la realidad es totalmente diferente. Por lo tanto, la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) como Ley, ha de ser respetada por todos.

Ha de ser bienvenida por las mayorías. Y para ello hemos de informar desde la conciencia y desde el corazón, no desde ninguna otra parte. Esta Ley ha de tener especial protección, debido al especial interés que existe en dañarla o dinamitarla.

La señora Iglesia, que tal vez debiera llamarse Iglesio al menos hasta su actualización, debe acatar las leyes de las sociedades avanzadas y la evolución del ser humano. En caso contrario, tanto ella, como los partidos políticos que realicen manifestaciones y campañas en contra de esta ley, han de ser castigados y penados. No como hasta ahora, que salen impunes de estos ataques mientras contaminan y envenenan las mentes de muchos de sus seguidores y realizan ataques masivos públicos, en calles y plazas, contra la ley. Pueden adoctrinar en sus templos si ese es su deseo, y si convencen a las mujeres que allí van de que jamás interrumpan un embarazo, que esas mujeres decidan o actúen como les plazca.

Pero deben abandonar sus ansias por inmiscuirse en la sociedad a retrasar sus avances, o pagar caro por ello si no cesan en su empeño. La ley del IVE ha de ir acompañada por leyes que castiguen estos actos que rozan el terrorismo. No debemos permitir por más tiempo que se vayan de rositas cuando dañen así la sociedad.

Luego denuncian ofensas a los sentimientos religiosos, mientras ofenden los sentimientos de más de medio mundo, mujeres y hombres. Y hace pasar un trauma enorme a la mujer con este asunto, enorme.

Son responsables del daño psicológico que recibe la mujer cuando toma la decisión de interrumpir un embarazo. Esas mujeres no odian a los niños, por el motivo que sea deciden no tenerlo ahora mismo, ya lo tendrán más adelante, y serán igual de amorosas o más que la que decida tenerlo ya.

La Ley del IVE ha de concederse a mujeres y a chicas menores ¿Cómo?  si señor, pues las menores al tener menos experiencia y conocimientos en materia sexual es muy probable que acaben cometiendo errores de estas características, y en caso de que así sea, han de tener el respaldo del Estado para respetar su decisión.

No el ataque de una horda cromañónica y desalmada que arde en deseos de quemarla y como no puede se contenta con hacerla llorar, destrozarle la psique, o incluso conseguir que alguna hasta se suicide.

Todos podemos cometer errores, más aún en la juventud, por lo que merecen más apoyo incluso que nadie. No son ningún termino dañino, o insultante que pretenda alguien utilizar, son mujeres y adolescentes que experimentan el sexo de infinitas formas y en múltiples momentos, porque viven, respiran, juegan, aman y son felices… y en caso de que algo inesperado aparezca, el Estado ha de estar ahí, a su servicio, siempre, protegiéndolas y abrazándolas… siempre.

Si deciden llevar adelante el embarazo bien, estupendo! si deciden interrumpirlo voluntariamente bien, estupendo! ¿sus padres no cuentan? claro que si, si son menores que se informe a sus padres, tanto del hecho, como de la decisión de su hija.

Informar si, pero nada más, la decisión ha de ser siempre de la mujer, o de la chica menor, exceptuando algún caso extremo de alguien demasiado menor que si entren en juego los padres o el estado, para bien.

En general, los padres podrán aconsejar, tratar de orientar, al igual que los profesionales de la salud, pero nada más, la decisión final ha de ser siempre de ellas, ese es su derecho, un derecho que una vez establecido ha de ser BLINDADO. ¿Blindado? si, viendo lo que está sucediendo en otros países donde eliminan ese derecho a la mujer, donde se actúa de manera indigna y retrasada, urge el blindaje de esta Ley para que nadie jamás deje a estas mujeres y chicas desamparadas ante una decisión y un derecho de semejante calibre.

Ya de paso, buscamos blindar La Sanidad Pública al completo, de manera que ningún partido político, ninguno, pueda nunca recortar la inversión en esta. ¡Nunca! si algún político hace esto, debe acabar en la cárcel.

El daño que ocasionan los recortes en la salud y confort de la población cuando enferma no deben tolerarse en un país avanzado democráticamente. Los pasos han de ir hacia delante y la salud y la vida de las personas ya nacidas es tan sagrada como el derecho a decidir de la mujer.

Cada vez que se pidan recortes a los países, estos han de realizarse en armamento y jamás en Sanidad.
Descubriremos como por arte de magia ya no se pide recortar tanto, a ningún país.

Finalizo el artículo hablando sobre los «casuales» que meten con calzador cuando ven que no pueden parar la implantación de una Ley que permita Interrumpir un Embarazo no deseado. En caso que no logren su objetivo de impedirlo, buscarán que sólo sea en casos aislados como violación, malformación o lo que sea… y no.

A otro perro con ese hueso, no es preciso casual alguno, que no te la cuelen, despierta de una vez conciencia, sólo es necesario que la mujer decida de manera voluntaria interrumpir un embarazo.

¿La razón? es su decisión. Es su derecho. No hay más que hablar.