En la historia, la lucha por el poder y la dominación dejó a la mujer en una posición de inferioridad. Fue utilizada para asegurar la legítima descendencia del varón y así perpetuar su legado. O destinada a engendrar para que la prole ayudara con el trabajo y la economía familiar. El deseo sexual del varón se ha justificado como necesidad y la mujer ha sido usada para satisfacerlo. Las mujeres han llegado a ser acusadas de incitar y provocar ser agredidas, violadas, incluso, asesinadas por varones ¿sin voluntad?
Cierta moral ha sido utilizada, a nivel mundial, como adalid para luchar contra el aborto. Para lograr mantener a la mujer como ciudadana de segunda se la estigmatiza, mancilla, difama, criminaliza, si pretende ejercer su derecho a decidir qué hacer con su cuerpo, su presente y futuro. ¿Por qué hay quien se cree con superioridad moral y condena la decisión de mujeres sin conocer su situación? ¿Cuántos de ellos utilizan tiempo y energía para evitar la desnutrición infantil, luchar por todo los menores sin recursos, sin futuro y abocados a una muerte prematura? La moral es voluble y cambia dependiendo de creencias, dogmas, dinero, información, del pensamiento crítico, la capacidad o incapacidad de empatizar con otras realidades.
El debate sobre el aborto, ¿tiene en cuenta la ciencia y los Derechos Humanos?
A continuación, pequeño fragmento de exposición científica y declaración de Derechos Humanos (DD.HH), que apoyan el derecho de las mujeres a decidir sobre sus propios cuerpos.
Científicos en Biología molecular exponen: «La biología no define vida humana, sino que define vida. La vida es la forma particular de organización de la materia que cumple con dos condiciones: reproducción y metabolismo. La definición vida, en sentido estricto, está referida sólo a las células. Una célula viva lo está porque puede dividirse y puede metabolizar. Están vivas tanto las células de un embrión, como las de un feto, bebé o adulto. Pero también están vivos los espermatozoides que se eyaculan fuera de la vagina, los óvulos que son eliminados con cada menstruación, las células de la placenta que se desecha en el parto, las células de un humano que acaba de morir siguen vivas por un tiempo no despreciable. Para la biología un embrión es un embrión, no es un ser humano.
El concepto de vida humana es una convención arbitraria que responde a acuerdos sociales, jurídicos, religiosos, culturales, que se escapan al rigor del conocimiento científico.»
DD.HH: El derecho al aborto como derecho a decidir sobre nosotras mismas. Tener el derecho a abortar no significa tener la obligación de hacerlo, el derecho al aborto es un poder de actuar y decidir.
Si el aborto es un dilema, ¿por qué no se le da un enfoque diferente?
La mujer que pertenece a una clase social alta, con total independencia económica, no se la cuestiona. Si ha necesitado recurrir a esa práctica lo ha hecho de forma discreta, segura y sin problemas. Casos minoritarios de mujeres con suficiente poder adquisitivo para someterse a la fecundación asistida, que luego se arrepienten, tampoco son cuestionadas y mantienen su anonimato.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), son unos 55,7 millones los abortos que se realizan cada año en el mundo. El 45% son hechos de forma insegura. Por lo que la polémica se centra en todas aquellas mujeres con menos o ningún recurso económico. La percepción sobre el debate de la interrupción del embarazo, más que una cuestión de carácter ideológico y moral, pasa a ser la de ¿quién ha de seguir con el poder sobre quién?
¿Cuántos de los que están contra el aborto ayudarían económica y presencialmente a las mujeres y futuros hijos de por vida? O ¿sólo las quieren obligar a hacer algo que no desean abandonándolas a su suerte?
Ninguna mujer cuestionada queda embarazada sin ayuda.
¿Cuántos se preguntan por la otra parte implicada? ¿En cuántos debates se menciona y se pide responsabilidades a la otra parte autora? ¿Quiénes se preguntan si el varón está al tanto del calvario por el que ha de vivir una mujer que se está planteando esa alternativa?
¿Cuántos hombres implicados apoyan a sus parejas? Esta pregunta la han respondido algunas compañeras. Explican que han sido respaldadas y acompañadas por sus parejas. A pesar de que ellos pensaban o querían algo distinto, han sido capaces de empatizar. Entienden que el embarazo puede truncar la vida de su compañera, y es un proceso de cambios físicos y mentales que sólo experimenta en su cuerpo la mujer. ¿Por qué no es lo habitual?
Las mujeres, que luchan por el derecho a un aborto seguro y gratuito, no quieren plantearse el abortar. Son conscientes de que si se ha de tomar esa decisión las marcará en su vida. Combaten por el derecho a poder decidir por sus cuerpos sin que extraños tengan más poder, potestad y la capacidad de decidir por ellas.
La mitad de la población mundial son las mujeres.
Son las que siguen estando controladas y relegadas a aceptar el papel de una maternidad que no desean o son obligadas a desprenderse del bebé. ¿Por qué se les limita el derecho a decidir qué hacer con sus cuerpos y sus vidas? ¿Qué moral y ética argumenta y justifica imponer a otra persona una idea sin por ello asumir ningún tipo de responsabilidad? ¿Hasta cuándo parte de la otra mitad de la población mundial, con excusas moralistas, va a seguir controlando, sometiendo y dominando a la mujer?